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Siglo Pasado

· septiembre 28, 2016 · Arte , Exposición , Pintura ·

 [blockquote]Ellas por ellas[/blockquote]

MERCEDES SALAZAR-DINA VICENTE

[blockquote]Existes, En mi voz cuando te nombro, cuando grito tus letras… y en el susurro de mi alma.[/blockquote]

Pienso que el fragmento del poema de Romeo Molina, transmite lo que se hace visible en el trabajo de estas dos artistas plásticas de Maldonado: Dina Vicente y Mercedes Salazar. Lo que quieren expresar al pintar retratos de mujeres que fueron: madres, sostén, compañía, alegría callada, amantes, acompañantes, musas inspiradoras… Sin embargo ellas además de todo lo dicho, son pintoras, escultoras, poetas…

Esta muestra es un canto a la vida, a la belleza y por sobre todo a la mujer.

Un día, como en todas las cosas de la vida, se encontraron Mercedes y Dina. Pensaban en mujeres que como ellas se habían dedicado al arte y apenas se conocía su obra. Nada mejor, entonces que hacerlas llegar a nuestros días.

Eligieron las que más las emocionaron, por lo que fueron en sus vidas, por los sacrificios que pasaron, por lo que fueron para la época en que vivieron. Así nació esta serie de retratos pintados desde el corazón, homenajeando a todas las mujeres en el deseo de que la igualdad no sea un mito. Es participar de aquellas vidas y decir ellas fueron, nosotras somos.

Por eso Manolita, María, Camille, Petrona, Rose, Lola, Amalia, Edith, Jeanne, Frida, Paula, Berthe, Emille, Carlota… están ahí volviendo desde los lejanos años en que vivieron.

Me cuenta Dina: “Yo encontré una foto muy antigua de Camille Claudel y hablando con Mercedes decidimos que íbamos a buscar mujeres que debíamos mostrar a nuestra sociedad. Estudiamos sus vidas, buscamos fotos de todas ellas.”

La primera exposición de estos retratos fue en La Barra, en el Taller Jones-Vicente; luego en Galería Alvira, en la Casa de la Cultura, En el Ministerio de Relaciones Exteriores, en la Junta Departamental…

Eligieron casi las mismas, y cada una de ellas con su estilo estampó su versión de las mujeres que admiramos. Yo abro una ventanita para contarles algo de estas vidas, pero sólo de algunas, las demás las tendrán que descubrir ustedes.

CAMILLE CLAUDEL

El rostro de Camille Claudel, que las dos han pintado, representa a una mujer joven, hermosa, decidida. Los dos retratos son perfectos y ¡tan distintos! Camille, francesa, fue una gran escultora. Desde niña jugaba con el barro y esculpía a las personas que la rodeaban. En Paris se encuentra con Rodin y trabaja en su taller. Posa para él y colabora en la realización de las figuras de la monumental “Las puertas del infierno”. Fue su amante y compañera durante años.

Estas sabias artistas, Mercedes y Dina, también pintaron a Rose Beuret, la esposa de Rodin. Son mujeres que amaron al mismo hombre cada una desde su lugar, y de acuerdo a la personalidad que cada una tenía.

Camille termina incomprendida por su familia quienes la internarán en un manicomio donde desgraciadamente murió. En el retrato de Mercedes está viva, hermosa, llena de color. Los collages de Salazar son trozos y trazos de colores vibrantes, que llegan a lo externo, demostrando la riqueza espiritual de su figura.

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«Camille Claudel»

JEANNE HÉBUTERNE

Quién es Jeanne Hébuterne? Otra francesa. Posó para Foujita. Como le gustaba la pintura accede a la Académie Colarossi. Allí conoció a Modigliani. Se enamoran y pasan a vivir juntos en Montparnasse(Paris). Se convirtió en el tema fundamental de la pintura de Modigliani. Fue su musa y su amor.

Cuando Modigliani murió, pasaron más de tres décadas para que se mostraran al mundo las obras de Hébuterne, que permanecían escondidas.

Cada una en su estilo, la muestran como la gran mujer que fue. Un desafío constante a la hipocresía de una sociedad que condenaba con tanta facilidad a una creadora.

MANOLITA PIÑA

Quizá todos sepan quién es Manolita Piña. Nació en Barcelona, de una familia muy rica. Cuando el uruguayo Torres García va a darle clases de pintura a su hermana mayor, se enamoran. Esta pareja que vivirá en nuestro país muchos años, recorrió el mundo buscando un lugar de reconocimiento a la pintura del gran maestro. Ella y su marido construyen juguetes de madera para sus hijos inspirados en las ideas de María Montessori.

Cuando fallece Joaquín, Manolita junto a sus hijos crea el Museo y la Fundación Torres García. Vivió más de cien años y su rostro expresa a través de lo que Dina Vicente y Mercedes Salazar dejan traslucir toda la fortaleza que la acompañó en la vida. Una aparece como española que era, con una expresión severa, con una mantilla negra en su cabeza. Otra en rojo desafiante, con esas barras de óleo que Dina maneja en forma excelente, suavizando con una tela para darle las tonalidades que cada día logra con más belleza. Pienso que los dos colores que han empleado, son facetas de esta personalidad que acompañó al hombre que marcó un tiempo especial para nuestra pintura.

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«Manolita Piña»

CARLOTA FERREIRA

Hablar de Carlota Ferreira quizá sea más sencillo ya que su vida es muy conocida. Fue una sex symbol de su época, diríamos hoy. Tuvo cuatro maridos. Conoce a Blanes. Nace la pasión. Pero el hijo Nicanor también se enamora de ella y huyen los dos. La esposa de Blanes comenta: “Carlota tiene la atracción del abismo”.

La experiencia que Mercedes tiene con los papeles, los cartones corrugados y el óleo remeda el encaje con que Blanes la vistió.

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«Carlota Ferreyra»

AMALIA NIETO

Amalia Nieto, una de las plásticas del Uruguay. Planista, ingresó al Taller de Torres. Se casa con Felisberto Hernández, el músico, escritor, poeta uruguayo. Mientras él viajaba dando conciertos, ella le escribía y dibujaba con tinta, cartas que hace poco pudimos apreciar en el Centro Cultural de España. Fue una de las mujeres que soportó con amor los vaivenes de un carácter tan difícil como el de Felisberto. Los óleos, acrílicos, pinturas abstractas en tercera dimensión, muestran su talento, sensibilidad y voluntad de crear.

PETRONA VIERA

Fue la hija mayor del Presidente de nuestro país, Feliciano Viera. Sorda, muda, a los 18 años comienza a pintar. Sus temas son diversos: juegos infantiles, retratos familiares, paisajes, desnudos… óleos en general. Se destaca el color, la luz y el movimiento de los cuerpos. El retrato que Dina ha mostrado de ella refleja la intensidad de su mirada, con esa desesperación de parece decirnos algo, que sólo puede expresar a través de la pintura.

Todas tienen un encanto especial, el que emana de sus personalidades tan fuertes y tan dignas. Me cuenta Mercedes: “Estudiábamos a grandes pintores y un día nos dimos cuenta que a su lado estaban las mujeres. Que eran sus modelos, algunas los mantenían económicamente, otras eran grandes artistas. Era importante que salieran a luz.”

Porque al fin y al cabo, la vida siempre es un desafío, una provocación y Mercedes y Dina nos lo recuerdan a cada instante con sus obras.

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