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Walter Deliotti

· julio 24, 2017 · Arte , Pintura ·

Recordamos en esta pequeña reseña que vamos llevando mes a mes lo que fue la Escuela del Sur. Evidente que Joaquín Torres García con su escuela del Sur marcó el Camino de muchísimos artistas plásticos uruguayos  de los que hoy  nos sentimos muy orgullosos y que hacen decir a los extranjeros: ¿qué maravilla de artistas tiene el Uruguay?.  Estamos de acuerdo.

Hoy charlaremos con Walter Deliotti y sus 90 años. Casi increíble verdad?   Sin embargo ahí está en Montevideo con su esposa, feliz y trabajando. La belleza de la vida.

Conozco a Walter y su esposa desde muchos años. Son seres amigos, generosos y que responden con una sinceridad con la que siempre se  espera de los amigos, pero que no siempre se da.

A Walter lo conocía  antes de trabajar en Galería Sur. Después cuando probé suerte en San Carlos armando una Galería, él  fue uno de los primeros en aceptar que tuviera sus obras para vender.  Cuando el intento no fue bueno, no dijo nada. Más bien agradeció.

Esto ya lo muestra como persona de bien, sencilla y comprensiva de los vaivenes que nos da la empresa.

Pero además no sólo muestra confianza en este hecho sino una gran pasión por lo que hace y los que tratamos de reconocerlo

Al charlar el otro día parecía que había sido ayer que no nos veíamos. Sin embargo los años han pasado. Eso muestra el sentido de la amistad.

Torres García al fundar su taller  quizá no tuvo la visión de lo que éste iba a significar  para muchos de los grandes artistas plásticos que el Uruguay tiene.

Son muchos los caminos elegidos,  y muchísimas las individualidades y otras tierras donde han llegado y viven o han vivido sus alumnos.

La individualidad de cada uno de ellos ( me refiero a los de la Escuela del Sur, como le llamó Torres), tienen una libertad creadora excepcional. Ya son Maestros de la pintura uruguaya en el mundo.

Dentro de los más estupendos maestros encontramos a: Julio Alpuy, Guillermo Fernández, Gonzalo Fonseca, José Gurvich, Anhelo Hernández,  Matto, Montiel, Amalia Nieto,  Nigro, Eva Olivetti, Dumas Oroño, Pailós, Pezzino,  Alceu Ribeiro,  Edgardo Ribeiro, Storm, Augusto Torres, Horacio Torres, ( sus hijos estos últimos dos), Rodolfo Visca, y  debíamos seguir. Pero hoy quiero hablar de este artista que nos convoca y que es tan rica su obra que quedará en la historia impregnada de valor como cualquier otro de los grandes.

INICIOS

Walter Deliotti  nació  en Montevideo el 2 de octubre de 1925 justo cuando se inauguraba el Palacio Legislativo.

Su primer maestro fue Alceu Ribeiro, con quien estudió pintura.

Luego sería Guillermo Fernández. En 1954  entró en el Taller Torres García y trabajó con Julio Alpuy y luego Augusto Torres.

A partir de 1956 participó en todas las Muestras del Taller. Viajó  a Argentina y Chile, luego va a la Bienal de San Pablo, en varias oportunidades.

Con las Conferencias de Torres García y la participación de sus alumnos en Exposiciones individuales o colectivas, en las que siempre participaba Deliiotti, comenzó a hablarse de Arte uruguayo, o de una forma nacional del Arte,y Deliotti  fue fiel a las enseñanzas del Maestro adoptando el Universalismo Constructivo.

TRAYECTORIA

En 1966 Deliotti expone en Galería Porley, María Freire comenta  que “el montaje y un seguro concepto de composición, en base a reiteradas estructuras ortogonales y amor por la artesanía, hacen de  esta muestra un  cambio que empieza a aparecer.”

Al año siguiente expone en Galería U de Buenos Aires con muchísimo éxito.

En 1969 viaja a Europa usando una Beca que le diera la Intendencia de Montevideo.

Al regresar realiza una Muestra en Montevideo, siendo ya su compañero de viaje en la pintura el hijo de Torres, Augusto. Cuando le preguntan a Deliotti  qué significan estas obras suyas,  responde: “Hay algunos paisajes donde el tema se siente como si estuviera fuera  del tiempo, dentro de un tiempo casi metafísico.”

La madera será el material de  uso preferido de Deliotti para sus obras. Son realmente estupendas.  El color, la  estructura, todo hace pensar en momentos vividos en plena euforia creativa. Los puertos, los barrios, las naturalezas muertas, son de una corriente especial, única en el arte uruguayo.

Es para mí una suerte de alegría interior muy fuerte estar frente a una obra de este artista. Me maravilla. Siento que paseo por esos lugares con tanto color, veo un “viejo almacén”, un mural, un tren en el que viajo y añoro seguir disfrutando sus paisajes metafóricos

Las maderas llegan a esculturas, la tercera dimensión aparece.

Dibujos, collages, esculturas, maderas estructuradas, pinturas al óleo, grabados, mosaicos, siguen siendo sus técnicas más aplicadas.

Usa el óleo en tela o madera, como la madera simple y el ladrillo son sus materiales para la escultura.

Con sus maderas formula soluciones plásticas con encuentros que le son propios  y es así que nos damos cuenta de la fantástica obra que desarrollaron estos grandes artistas plásticos uruguayos de la Escuela del SUR.

 

PROYECCION

Sus obras llegan al mundo.

Cada persona que observa sus trabajos queda  entusiasmada.

Ahora realiza una gran madera que se expondrá dentro de poco tiempo.

Espero que la alegría que nos ha causado a todos y todas con sus obras le lleguen a tiempo para disfrutar su obra magna.

El hombre sencillo y generoso que hay en él se lo merecen.

Admiro, ( lo digo nuevamente) todo su trabajo, toda una vida dedicada al Arte, con la sencillez, la humildad, el tesón, hacen de este hombre uruguayo, artista y genial compositor de estructuras y color una persona que realmente debe admirarse, reconocerse y que todos los niños y jóvenes del país y del Exterior sepan comprender esas calles, esos boliches, los puertos, las casas que forman nuestra identidad uruguaya.